
Parece que ha llegado el momento de su salida definitiva y que no habrá vuelta atrás como los últimos veranos. Su padrino Wenger está siendo un hueso duro de roer, pero la voluntad de crecer de Fabregas ha llegado al límite. Son 24 años ya y su palmarés a nivel de clubs está aún vacío, por muchas distinciones individuales que tenga. Hecho que sin lugar a dudas está afectando a su papel en la selección, ya que pese a sus 58 internacionalidades, la titularidad la tiene cada vez más lejos. Ni el penalty definitivo en la Eurocopa frente a Italia, ni su asistencia en el gol de Iniesta en la final, ni el reconocimiento internacional como uno de los mejores del mundo en su posición le llevan a tomar un papel importante en la Roja. Sin lugar a duda el fracaso continuo de su equipo le está llevando a su estancamiento con futbolista.
Su destino parece marcado, España. Dos vías, una real hacia el Barcelona, otra imaginaria hacia el R.Madrid. Y digo esto por todas sus declaraciones estos años atrás, así como de Guardiola y resto de jugadores culés. Pero la imaginaria no la descartaría, de voz de su representante siempre se ha oído el interés madridista y siendo realistas, Cesc sabe que si en algún lugar tendría auténtico protagonismo sería en el club blanco. Lleva el Madrid muchos años buscando la figura del centrocampista total, timón del equipo, su auténtica referencia en el centro del campo que cohesione defensa y ataque, en definitiva, un tipo Xavi o Iniesta, es decir, Cesc. Su entrada en can Barça sería sencilla, uno más desde el primer momento con la filosofía blaugrana ya aprendida, pero sabe bien que su lugar entre los 11 es más que complicado ahora mismo. De blanco, pues lo dicho, directo a ser lo que quiera, o pueda claro.
0 comentarios:
Publicar un comentario