Primero fue Ronaldo, el segundo Robinho y ahora en el horizonte se vislumbra a Neymar. Tres futbolistas marcados por el mismo corte. Delanteros, brasileños, excepcionales con el balón en los pies, pero con un concepto de la profesionalidad muy discutible, al menos en los dos primeros, ya que a la nueva perla brasileña aún no se le conoce, si bien ya se han levantado las primeras voces sobre su mala cabeza. Hasta ahora la gran parte del público conoce del actual 7 de la canarinha dos cosas: un gran repertorio de gambetas que nos muestran en todos los vídeos (espectaculares) y su afición a los peinados estrambóticos, que por ahí comienzan los primeros miedos. La Copa América de este verano lo dará a conocer en plenitud. Será su momento.
Pero ahora, como todas las miradas están puestas sobre su posible fichaje por el Madrid, es obvio compararlo con sus dos compatriotas nombrados al principio. Ronaldo ha sido una leyenda en Europa, pichichi con facilidad en cualquier equipo que haya estado, pero muy marcado por las lesiones de gravedad en el Inter y luego por sus líos de faldas, su no-boda y sobre todo por su exceso de peso en el R.Madrid. Por otro lado está Robinho, un genio estancado, que desde su aparición en Cádiz ha dejado grandes momentos que hacen ver lo que podría haber sido si su inteligencia hubiera estado a la altura de su talento. Su frase "quiero ser Balón de Oro" lo ha marcado desde principio y el problema es que Neymar con al que más se le asimila es con "O rei das pedaladas", que es como apodan al actual jugador del Milán. Ya me entienden.
Y el nombre que falta en esta historia es Mourinho. Unos con "información" dicen que le quiere, los que no la tienen que es imposible ver a este futbolista con él. La verdad que mirando sus equipos nunca ha optado por jugadores de este corte, que tienen el hándicap de su nula aportación defensiva, sumado a su individualismo. Además se pondría en cuestión el monopolio en cuanto a protagonismo de Cristiano dentro del poder ofensivo del equipo. Todos estos detalles, uniéndolos a la fama de jugador controvertido que arrastraría desde sus inicios, tienen en jaque al madridismo, pero no debería ser así con el técnico. Su fama de líder absoluto del plantel, con pleno control sobre cada uno de sus jugadores, no debería temer a un chaval de 19 años. Si viene la mayoría dirá que tiene al técnico idóneo para que no se desvíe por el mal camino, no sé si también para que triunfe. Aunque ahí tenemos el caso Balotelli....
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